El agua se fue

En las selvas verdes de Costa Rica,
donde la tierra canta historias antiguas,
los huetares, los cabécares y los bribríes
tejieron sus vidas en el tapiz de nuestro tiempo.

“Cicri que si ansi”
Huetares somos, guardianes del sol naciente,
con manos de barro y corazón de fuego,
susurramos el viento nuestros cantos ancestrales,
y las estrellas no escuchan nuestros lamentos.
El suelo está estéril.
Cabécares somos, hijos del río y la montaña,
mis pies conocen el latido de la tierra,
en el silencio de la noche, narramos leyendas
que danzan en las llamas del fogón.
Tenemos hambre.
Bribríes somos, sabios del cacao y del bosque,
nuestra lengua es un río que fluye hacia el cosmos,
en el susurro de las hojas y el murmullo del agua,
guardamos en secreto el equilibrio del mundo.
Cicri que si ansi

Gritos que nadie escucha.

En cada golpe al tambor, 
marchan las piezas de arcilla
y los toscos trazos de pintura.

Nuestras culturas se alzan como árboles sagrados,
raíces profundas y ramas que arañan algún cielo.
Miramos al sol y al mar eterno.

Somos legados vivos que desafían olvidos.


Huetar. Cabécar. Bribri.

Vibramos con la fuerza de nuestra raza,
unidos a la memoria de nuestros pueblos,
somos su espíritu y su canto.

Somos rostros que marchitan, encarando el progreso.

Honramos el bosque, la tierra, el río.
O, lo poco que nos queda.

“Cicri que si ansi”
el agua se fue…




Publicado en Revista Literaria Letras Moradas, Hermosillo, Sonora, MX.  
Revista del mes septiembre-octubre 2024, Número 4.
Número especial inspirado en los pueblos originarios.